viernes, 7 de noviembre de 2008

JCVD


No sé, todavía tengo mis dudas, pero en el seco y caluroso desierto, podemos encontrarnos pequeños oasis de agua cristalina y refrescante sombra. Parece que puede causar verdadera sorpresa, y lo digo en el buen sentido de la palabra, que un actor como Jean Claude Van Damme se interprete a sí mismo (en JCVD), se aleje de esa tópica figura del que reparte mamporros a diestro y siniestro, y cambiarse el “chip”, encima con síntomas de autocrítica, porque encarnar a un personaje como es él mismo, rodeándolo de un ambiente de destrucción tanto social como personal, es un ejercicio de autocrítica importante y bajo mi punto de vista , un ejercicio de valentía enorme. Esperemos que el cambio de registro que se espera en este largometraje cumpla con creces las expectativas.

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