Existen situaciones, historias que pueden hacer estremecer hasta los estómagos más duros. Relatos como estos son los que hacen que la vida te la tomes de otra manera; mirar a tu alrededor y ver qué es lo que tienes, qué personas se encuentran día sí y día también a tu vera; cómo problemas superficiales- que no puedas tomarte unas copas con tus amigos porque no te llega el dinero a fin de mes, que tienes por ahí unas multas que todavía no has pagado o todavía desconozcas cuáles van a ser tus próximos destinos vacacionales- pasan a un segundo plano. Todo se va a la mierda cuando te enteras de que hay gente que lo está pasando mucho peor que tú, que la salud es un pilar importantísimo, más incluso que el trabajo, que ya es decir y que cuando lees historias como éstas hace de que un pellizco se te meta bien dentro: una historia de lucha, de amor, de amistad, de profesionalidad, de todos a una… con final triste.
Una niña con cáncer (del blog Ya que no podemos hablar... de Teodoro J. Martínez)
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